El título de esta entrada ya puede parecer un anatema: ¿cómo un Zelda puede ser mejor que el que para muchos es el mejor juego de la historia, el The Legend of Zelda Ocarina of Time?.
Pues sí, señores, esa es la realidad. No será tan revolucionario como el Ocarina, ni tiene los mejores gráficos del mundo – como le sucedió al citado juego cuando apareció en 1998 – pero esta obra de arte se merece, como mínimo, compartir lo más alto del escalafón. Dadnos un voto de confianza, y al seguir leyendo, descubriréis el porqué.
Influencias del pasado…
No podemos entender el trabajo que hay detrás de este Skyward Sword sin retrotraernos a todo lo que ha sucedido con la saga desde 1998. Su éxito se basa en recoger lo mejor de cada uno de esos Zeldas que ha habido en estos 13 años.
Los 3 Zeldas más ambiciosos que han aparecido son, evidentemente, los lanzados para consolas de sobremesa. Es decir, el Majora’s Mask para N64, el Wind Waker para GameCube y el Twilight Princess para Gamecube y Wii.
Del Majora’s Mask toma su complejidad y la importancia de las misiones secundarias. El Skyward es el Zelda más difícil desde el A Link to The Past de Super Nintendo, especialmente los dos últimos jefes finales y el Modo Heroico, a la altura del Master Quest.
De la aventura en el océano a bordo de Mascarón Rojo se retoma la idea de que Link debe ser un personaje vivo, real, con el que nos podamos identificar. Yo no es un robot sin sentimientos, ni un cyborg perfecto que pega espadazos y lanza flechas.
Y por último, la influencia del Twilight Princess también se puede palpar. La trama tiene sus toques oscuros, y el control, al que luego nos refereriremos, es una evolución magistral del visto en la versión para Wii .
…pero ante todo, innovación y originalidad
Pero a pesar de ello, lo que más hemos de alabar es que se ha querido crear un estilo de juego, una historia, diferente a la del Ocarina. No busca parecerse al «juego perfecto», sino que busca el cielo, nunca mejor dicho, a su manera.
Para empezar, comenzaremos nuestra aventura y pasaremos parte de ella entre las nubes, en el cielo. Nos moveremos por Altárea a lomos de un pájaro, un pelícaro rojo. Los enemigos y las misiones principales se ubicarán bajo ellas, en las llamadas tierras inferiores.
Por primera vez en la saga, tenemos una «casa», un lugar de obligada visita entre cada mazmorra. Se trata de Celéstea, una isla en el cielo, donde realizaremos gran número de tareas tanto necesarias para el avance de la trama como secundarias.
El estilo gráfico es también bastante novedoso. Se queda a medio camino entre el estilo cartoon del Wind Waker y el oscuro de Twilight Princess. El resultado es muy original y luce de maravilla en cuanto nos acostumbremos a él.
También aparece por primera vez un indicador de resistencia. Al correr o luchar Link se cansa, como cualquier persona normal, y no deberemos excedernos. Un toque realista que encaja muy bien.
Por último, cabe destacar el nuevo sistema de guardado. Encontraremos diseminadas por el mundo (ya sea el Cielo, las tierras inferiores o las mazmorra) unas estatuas que serán las que nos permitirán guardar la partida o volver a Celéstea, si estamos en las tierras inferiores.
Una historia con trascendencia
En la complicada cronología de la saga The Legend of Zelda, Skyward Sword se coloca justo anteriormente al Ocarina of Time. Por ello, todos aquellos amantes del Ocarina encontrarán a éste repleto de guiños hacia él.
Por decirlo rápidamente, Skyward Sword nos relata la historia de la Espada Maestra, elemento clave de toda la saga. También nos muestra de dónde viene el mundo de Hyrule que recorremos en la gran mayoría de Zeldas.
Quizás lo mejor de la historia es la caracterización, desarrollo y profundidad de los personajes. Incluso aquellos que a primera vista parecen secundarios ganan mucho peso a lo largo de la aventura. Las primeras horas son mágicas, observando a un Link y una Zelda como amigos íntimos, como personas reales, y emocionará a los fans de la saga.
Un desarrollo perfecto
Si anteriormente la «salsa» de los Zeldas eran los templos y cavernas, llenos de puzzles y enemigos, Skyward Sword propone algo más. Ahora el camino hacia la mazmorra es casi otra mazmorra más, debido a su profundidad y complejidad.
El desarrollo y la creación del juego son inmejorables. A diferencia de juegos anteriores de la saga, nada sobra, ni una porción del mapa ni un objeto, que con frecuencia solo eran útiles en la mazmorra en que se obtenían.
Tenemos objetos nuevos en un Zelda de sobremesa, como los guantes de cavar, la ánfora divina que lanza aire o el látigo. Y la novedad, un escarabajo volador que controlaremos remotamente gracias al Wii Motion Plus.
Hablando del control, es para quitarse el sombrero. Por obra y gracia del citado Motion Plus, Link imita, exactamente, 1:1, los movimientos que hagamos nosotros hagamos con el mando, a su vez, con la espada. Los enemigos ya no caerán tras agitar simplemente el mando, sino deberemos elegir si el tajo debe ser una diagonal de izquierda a derecha o un golpe bajo, por ejemplo.
La banda sonora que nos acompaña durante el juego merece la pena. Pero es en los momentos claves cuando se vuelve más épica, con nuevas mezclas de los temas principales de la saga sencillamente brillantes.
Por último, la duración mínima se acerca a las 50 horas, que se incrementan bastante si queremos completarlo al 100%. Y tras finalizarlo, desbloquearemos el Modo Heroico, que como su nombre indica, resulta enormemente complicado.
Conclusiones
Cogiendo lo mejor de cada Zelda anterior, y queriendo ser él mismo, sin obsesionarse con el Ocarina, podemos decir que este Skyward Sword es el mejor Zelda que ha desarrollado Nintendo. Es posible que no cause el impacto del Ocarina of Time, al que podemos seguir considerando mejor juego de la historia, pero es perfectamente capaz de mirarle a los ojos.