Algunas personas se habrán fijado de que les han asfaltado la calle de su casa o el metro funciona últimamente algo mejor. Y es por algo: el próximo 22 de mayo se celebran en España elecciones autonómicas, que sirven para elegir los los alcaldes de cada municipio y a los presidentes todas las Comunidades Autónomas salvo Andalucía, Cataluña, Galicia y País Vasco.
Pero esta vez viviremos un caso singular: serán las primeras que se vivan tras la explosión de las redes sociales, especialmente Facebook y Twitter. Sí, en las europeas de hace 2 años y en las generales de hace 3 ya existían, pero aquí eran prácticamente desconocidas. Bienvenidos al spam político.
El fin de semana pasado comenzaba la campaña electoral. Y hoy cualquier español al salir a la calle se encontrará con una verdadera invasión de carteles y panfletos indicándonos a quién tenemos votar. Por si alguno no lo sabía, un inciso: todo este despliegue se paga con nuestros impuestos.
Y aunque una ley reciente impide inauguraciones en las campañas electorales, a cambio de eso los partidos políticos tienen una manera mucho más rápida de llegar a sus electores: todo el sistema de la web 2.0. Si podemos contactar con nuestros amigos en un instante, es lógico que ellos también puedan hacerlo.
La pregunta es: ¿serán capaces los políticos y sus equipos de marketing de estar a la altura “tecnológica” o veremos únicamente un bombardeo masivo de publicidad “Vota Menganito”? Los primeros días y las experiencias anteriores nos hacen inclinar por lo segundo, pero aún está por ver.
La verdad es que, desde el punto de vista de los aficionados al mundo de Internet, y con una perspectiva neutral sobre a quién hay o no qué votar, puede ser bastante interesante con qué nos sorprenden. Hemos visto promociones imaginativas en la web de compañías como Coca-Cola o Estrella Galicia; y es posible que algún partido se atreva con algo similar.
En las últimas elecciones generales, cuando la última novedad eran sistemas como Second Life y Youtube, cada partido tenía su stand en ese mundo virtual y la web de Google estaba invadida de vídeos electorales, ya fueran a favor de su partido o en contra de otro. Pues ahora, con herramientas tan poderosas como Facebook y Twitter, podemos ver cualquier cosa.
Esta última afirmación puede ser interpretada tanto para bien como para mal. De hecho, vista la enorme diferencia de velocidades en que se mueven las nuevas tecnologías y el mundo político y judicial, es posible que veamos como los Community Manager de estos partidos cometan algún exceso.
En mi opinión, pese a mi nulo conocimiento del mundo del derecho, creo que las leyes actuales no han sabido poner en relación la propaganda política e Internet. O dicho de otro modo, la legislación actual no ha sabido actualizar la multitud de normas y propuestas que intentan hacer justas las campañas electorales.
Se me ocurre una pregunta fundamental : ¿puede ser que en la jornada de reflexión, en la cual está prohibido pedir el voto, veamos un Trending Topic Promovido (o sea, pagado) que ponga “Vota PP/PSOE”? ¿O ese mismo día veamos anuncios del Facebook con la campaña “No les votes”? Ya vimos que algo así ha sucedido en el pasado con los SMS.
Está en juego, y no en nuestra mano, ver si se respeta el espíritu democrático. Pero aunque no podamos dirigir las campañas electorales, sí que podremos criticarlas gracias a la web 2.0 si vemos que no respetan nuestros derechos como internauta. En un par de semanas tendremos la respuesta.