El bombardeo mediático que sufrió la población española en los últimos años con llegada de la Televisión Digital Terrestre solo es comparable al realizado entre el 2000 y 2002 con la llegada del euro. Se nos instaba a cambiar nuestras televisiones y a comprar decodificadores – aparatos que un lustro atrás eran totalmente ignotos y ahora son conocidos hasta por el público de Sálvame.
A finales del 2010, el TDT sin duda está consolidado en España. El Ministerio de Industria, respondable del “paso de televisión analógica a digital”, presume de distribución, calidad de la señal, y, para variar, de ser punteros en Europa. No hay dudas de que hay sectores que han sido claramente beneficiados, pero en general, podemos decir que el conjunto de los españoles ha sido estafados de tal manera que haría sentir orgulloso al mismísimo Tom Sawyer.
Siendo realistas, el problema de la TDT viene de lejos. En el año 2000 Quiero TV, una operadora de TV pago que pretendía competir con Canal Satélite Digital y Vía Digital, ofrecía como novedad la emisión mediante televisión digital terrestre, a diferencia de sus rivales, que ofrecían TV por satélite.
El resultado es por todos conocido: pese a las inmensas subvenciones recibidas, Quiero TV fue un gran fracaso. Más tarde, Canal Satélite Digital (de Sogecable) y Vía Digital (de Telefónica) se fusionarían para dar lugar al actual Digital+, que monopolizaría la televisión de pago en España hasta la llegada de los operadores de cable: Auna, Retecal, Euskaltel, que formarían Ono, y actualmente, Imagenio
En 2005, debido a las presiones de Europa por nuestro anticuado sistema de emisiones, se relanzó la TDT. Para ello, se decidió matar la mosca a cañonazos, es decir, prohibiendo totalmente cualquier otro tipo de señal a partir del 2010, que parecía muy lejano.
Debido a la natural tendencia española de dejarlo todo para el final, el Ministerio lanzó esa masiva campaña en 2009 que antes citamos, y que, por supuesto, se pagó con los impuestos de todos los españoles. Para poder seguir viendo la tele, deberíamos adquirir una televisión nueva con sintonizador integrado, por un precio medio de unos 500 euros; o si nuestra TV era lo suficientemente nueva, un decodificador que costaba un mínimo de 50 euros.
Pese a la grave crisis económica, toda la población española tuvo que desembolsar dinero para poder seguir viendo la caja tonta. Al principio,todo parecía de perlas: un montón de nuevos canales, mayor calidad de imagen, funciones adicionales como radio o versión original…Pero el primer problema apareció hace cosa de un año con la llegada de Gol TV. Este canal deportivo de pago ofrecía como novedad el ser ofrecido a través de TDT.
Sin embargo, prácticamente ningún decodificador de que los que se había vendido hasta ese momento era compatible con la tarjeta CAM necesaria para ver el canal; así que había que comprar otro nuevo decodificador especial. Y lo que es casi peor: los que habían adquirido una TV nueva debían sacar la cartera de nuevo para comprar un adaptador, que apenas sobresalía de nuestra lustrosa tele pero que valía tan cara como el decodificador.
Si no me gusta el fútbol, ningún problema, ¿no?, se puede pensar. En absoluto: en toda Europa, el modelo de televisión de pago se está orientando a la televisión por TDT. Por supuesto sigue habiendo ofertas de cable (Sky es el mayor operador), pero el futuro pasa por allí.
La segunda molestia llega ante la imposibilidad de ver emisiones de TDT en HD mediante cualquier televisión que no haya sido comprada en los últimos 4 meses. Es decir, todos los que compraron televisiones nuevos o decodificadores nuevos antes del fin de emisión en analógico, en marzo de 2010, deben volver a pagar por un receptor TDT nuevo que sea compatible con las emisiones en HD. El cacharrito, por estas fechas, no vale menos de 100 euros.
A día de hoy, solo se emiten en Alta Definición canales públicos, como TVE y Telemadrid; y concretamente, emisiones internacionales en HD de la Champions League que emite la propietaria de los derechos. No hay programas de emisión nacional en HD. Sin embargo, las cadenas privadas (la fusión de Cuatro y Telecinco, Antena 3, la Sexta, Veo TV…) se proponen sacar canales en HD para la próxima primavera.
El tercer asunto viene debido a la permante resintonización que debermos hacer los usuarios de nuestro receptor TDT. Cada 2 o 3 meses, aparecen nuevos canales que nos venden como imprescindibles (los últimos, Marca TV, Nitro y La 10) y que nos obligan a cambiar la configuración. Seguramente esto no sea un problema para muchos de nuestros lectores, pero sí para mucha gente adulta, especialmente los más mayores.
Lo malo es que lo peor está aún por llegar. En 2015 se extinguen las licencias actuales, que otorgan un multiplex de cuatro canales a cada grupo de telecomunicación privado (Planeta-Antena3, Mediaset-Telecinco, Sogecable-Cuatro, Mediapro-LaSexta, Unidad Editorial-Veo7…), y dos multiplex a TVE y las teles autonómicas. Eso va a significar un enorme caos y el fin de la TV tal y como la conocemos ahora.
Ni los mayores expertos saben cuál será la situación para ese año, con una audiencia fragmentada, la competencia entre televisión de pago por cable y TDT, las emisiones en HD y lo que se prevee que sean los primeros pasos de la televisión en 3D. Hay algo que es seguro: de una manera u otra, nos obligarán a volver a pasar por caja.
Toda la actualización de las antenas (y demás..) para poder sintonizar la TDT en las comunidades de vecinos se pagó con dinero público (hasta aquí nada anormal)
¡Pero qué es eso de que a partir de una infraestructura pagada por todos se emitan canales de pago! (además de señoritas de compañía, ponemos la cama)
Y acabo de ver otro canal de pago: Canal+ 2.
Como diría Matias Prats cabreado:
» ¡¡¡ PERO ESTO QUÉ ES !!!
¡¡¡PERO ESTO QUÉ ES !!! «
Me quedo con la parte final del artículo, a ver que pasa en 2015…