Kratos, señor de la Guerra, ha encontrado nuevos seguidores. En este caso se trata de dos de las mayores empresas dedicadas a la tecnología del mundo: Samsung y Apple. Lo que parecía en un principio una serie de cruces de declaraciones desafortunados, se ha convertido en algo más serio. He aquí el análisis del conflicto.
Samsung y Apple son dos inmensas compañías, con intereses muy diversos. En la mayoría de ellos no colisionan: Apple no entra en disputa con Samsung cuando ésta fabrica televisiones ni a Samsung le quita el sueño el rediseño del iPod Touch. Pero sí que tienen un punto de encuentro: los móviles.
Y en un principio, la relación en este campo es bastante amistosa. De hecho, hasta ahora, Samsung se encargaba de realizar parte del hardware de Apple. Tanto es así que es la suministradora oficial de chips de la empresa de la manzana.
Pero el problema ha estallado. La culpa la tienen, con en otras ocasiones, las patentes. Samsung solicitó a la Comisión del Mercado Internacional ni más ni menos que la prohibición de la importación de móviles con el sistema IOS, denunciando una supuesta violación de patentes de la compañía de Steve Jobs.
Y ahora la réplica ha venido por por parte de Apple. Ha solicitado al mismo organismo que se prohíba la venta de ocho dispositivos de la empresa coreana, todos ellos con el sistema operativo Android, el gran rival del IOS de Apple.
En concreto, los cacharritos señalados son 6 smartphones, Galaxy S 4G, Fascinate, Transform, Captivate, Intercept e Infuse 4G; y 2 tablets, el Galaxy Tab original y el nuevo, con una pantalla de 10 pulgadas. No es precisamente poca cosa: se trata de las novedades de Samsung para el fin de este año y el 2012.
Apple dicen que le han copiado la interfaz táctil y gráfica, el botón voladizo e incluso el conector de audio de los auriculares, así como algunos detalles más. Pero vamos, la idea está clara: afecta tanto al diseño como al propio funcionamiento de los dispostivos.
¿Es una simple pataleta de Apple tras la denuncia previa de Samsung? Eso parece. No es muy probable que la Comisión del Mercado Internacional dictamine algo en favor de una compañía u otra, aunque de hacerlo, las consecuencia serían de cientos de millones de dólares. Desde Govoid seguiremos informando